lunes, mayo 25, 2009

Los rostros de Leonardo


Cabeza del Salvador. (1480) Museo Lázaro Galdiano. Madrid.
LOS ROSTROS DE LEONARDO

Esos dulces rostros de Leonardo, cuántas confusiones han generado, al menos entre quienes disfrutan con los misterios...
¿Era la Gioconda un autorretrato del mismo Leonardo?
¿Es el rostro del apóstol Juan, en la Última Cena, el rostro de María Magdalena?

¿Quién podría discutir el talento de Leonardo, tal vez el más representativo artista del Renacimiento, y el que más convoca, todavía hoy, a espectadores y curiosos de todo el mundo? Nadie podría imaginar que cometiera "errores" por falta de conocimiento, en especial, acerca de la anatomía humana. Justamente él, que estudiaba los cuerpos "en directo", transgrediendo leyes muy severas al respecto. Y menos aun si se trataba de aplicar las leyes de la proporción.

Y sin embargo...ese curioso rasgo delicado y femenino de sus rostros, sean femeninos o masculinos, tiene una explicación relacionada con su estilo personal, en el contexto de su propia época.

Si las proporciones del rostro, según enseñaron los griegos, toman como módulo el tamaño de la nariz y dividen al mismo en 3 partes iguales, verticalmente (frente, nariz, mentón), ¿por qué Leonardo no respetaba esa proporción, mostrando el último módulo de tamaño más pequeño?
Si en el rostro masculino se enfatiza el diseño de la mandíbula para señalar ese rasgo de masculinidad, Leonardo lo achica aún más que si fuera un rostro femenino. Es decir, ese 3º módulo es más pequeño que los otros dos. Como si el mentón fuera huidizo, más delicado que femenino. Pero además, el óvalo del rostro, entero, suavizado, también se corresponde con un rostro femenino, más que masculino.
Ese estilo de rostro aparece en muchos rostros femeninos realizados por Leonardo: en el retrato de Ginevra Benci, en La dama del armiño, en La Virgen de las rocas (no sólo en la Virgen sino también en el ángel), en la Virgen del clavel, en la Virgen de La Anunciación, y hasta en la misma Gioconda. Pero también es el estilo de rostros masculinos, como el Baco o el San Juan Bautista.

Sin embargo, el que más enfatiza ese rasgo suave y delicado en un rostro masculino, es el de la Cabeza del Salvador, un cuadro de mediados del siglo XVI, cuando Leonardo tenía apróximadamente 28 años, y que podría despertar tanta o más polémica que la figura de Juan, en la Última Cena.


Cristiano Ronaldo (jugador de fútbol).


 


Obsérvese un rostro masculino real (Leonardo era un fervoroso observador de la anatomía real), y compáreselo con el rostro de El Salvador, para notar las diferencias:
En el rostro real (Cristiano Ronaldo), las cejas son más fuertes y pronunciadas. Las mandíbulas, anchas. El contorno del rostro se acerca más a la figura del cuadrado que a la del óvalo. La boca es fuerte también, señalando el carácter., con un labio inferior más grande que el superior. (En el rostro de El Salvador es a la inversa.) La barbilla grande, en un 3º módulo casi mayor que un 2º módulo. Y por último, el cuello: del mismo ancho que los ángulos de la mandíbula. No cabe ninguna duda que se trata de un rostro masculino.

Respecto del estilo de Leonardo, el elegido para representar los rostros de los apóstoles en La última cena, la profesora y crítica de arte, Elizabeth Levy (citada en el libro Descodificando a Da Vinci, de Amy Welborn, de un artículo aparecido en zenit.org(1)), recuerda cómo el mismo Leonardo en su "Tratado de la pintura", explica de qué manera deben representarse los rostros de los personajes según su edad y condición: el hombre sabio, la anciana, los niños. El protegido, el favorito o el discípulo siempre son representados como hombres muy jóvenes, totalmente rasurados y de cabello largo (¿al estilo de los discípulos griegos, tal vez?), para transmitir la idea de su inmadurez. Durante todo el Renacimiento San Juan fue representado de la misma forma, como puede verse en los "Cenacoli" de Andrea del Castagno y de Domenico Ghirlandaio. Juan es siempre el joven dulce e imberbe, bien diferente del hombre recio, masculino y maduro.

¿Podríamos decir, sin temor a equivocarnos, que el rostro de Juan es en realidad el de María Magdalena? Y si es así...¿de quién es entonces el rostro del Salvador?

La polémica podría estar abriéndose otra vez, o cerrándose definitivamente. Todo dependerá de la capacidad de observar racionalmente o de la voluntad de creer.

Ginevra Benci (1474-76). Washington. National Gallery of art .
San Juan Bautista. (1513-16). París. Louvre.

Buenos Aires, 2009
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(1)
El artículo mencionado por Amy Welborn no fue encontrado en la página www.zenit.org.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Cuenteme más maestra que me gusta mucho aprender de usted!!!!

Diseño Paginas Web dijo...

Cada una de las obras de Leonardo son maravillosas y como dice el articulo cada una de las obras guardan su toque de intriga y misterio pues siempre logra tener algo abstracto que deja a la imaginación del publico.

Anónimo dijo...

Es vedad los hombres de apariencia mas masculina suelen tener una fuerte mandibula y el rostro mas cuadrado como cristiano ronaldo y los hombres mas femeninos suelen tener las caras mas redondeadas y menos marcadas como salvador o el mas comtemporaneo Leonrdo dicapio inteesante la forma en que planteaba Da Vinci su cuadros con un poco de extrañes

Greta dijo...

Muchas gracias a los tres por sus comentarios. Y gracias por visitar mi página.

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