jueves, diciembre 23, 2010

Otra vez el "misterio" de La Gioconda...!

Una vez más el gancho que supone la figura de La Gioconda dio sus frutos en los medios de masas. En este caso, se trata de una nota publicada en el  dominical Miradas al Sur por el periodista Carlos Polimeni cuyo título apela, cuando no, a la famosa sonrisa de la Gioconda: "¿De qué se ríe La Gioconda?".

El fenómeno que representa la utilización de figuras artísticas clásicas y/o sus obras como elemento de infalible atracción en los medios de masas, en especial gráficos, ya lo había tratado en un trabajo hace algunos años (Siempre Gioconda) a raíz de la repercusión que dicho tratamiento tenía tanto en mis colegas docentes como en mis propios alumnos. Cada cierto tiempo, las figuras de Miguel Ángel, de Leonardo o de La Gioconda, son reflotadas con la garantía de un éxito mediático asegurado. Y si a los nombres propios agregamos las palabras "misterio", "mensajes ocultos", y la palabra supuestamente autorizada de la ciencia (blanda o dura), el atractivo será completo.
La excusa para la nota es, esta vez, supuestos mensajes ocultos en sus ojos...El dato aparece en la bajada de la nota, pero como el mismo es demasiado pobre, se agrega "pero...nadie pudo explicar aún bien su gran misterio. Y ahí está el gancho para construir una nota que luego será debidamente rellenada para su justificación. Porque  al dato nuevo (los supuestos mensajes ocultos) sólo se le dedica el último párrafo:
Esta semana, con una técnica de ampliación por computación, un grupo de estudiosos italianos descubrió que en los ojos de la Mona Lisa Leonardo dejó algunos mensajes para la posterioridad que hasta acá habían pasados desapercibidos. En uno están las iniciales LV. En otro el número 72. Están estudiando qué podría significar esa combinación, pero lo más probable es que jamás se sepa. Tal vez así sea mejor. Lo mejor de los misterios… es que son misterios.

Y ya está. Todo el resto es puro relleno, cosas sabidas e hipótesis repetidas. Claro, tal vez para algunos sea una novedad que el que robó el cuadro en 1911 había sido un argentino (dato ya contado en una obra literaria de Martín Caparrós, "Valfierno"), pero lo que Polimeni no dice es que ese hecho y el que alguna vez el cuadro fuera agredido en un atentado, motivaron que la obra estuviera ahora protegida tras un vidrio, y no que el vidrio la protegiera de la dañina luz, porque siguiendo ese criterio, todos los óleos antiguos del Louvre deberían estar protegidos de la misma manera. No es la luz el peor enemigo de una obra antigua, sino la temperatura y la humedad ambientes.

Tal vez el misterio mayor radique en la vigencia que, todavía hoy, tiene una figura como la de la Gioconda, o la figura de su autor, Leonardo, o su más grande competidor, Miguel Ángel. Han servido para que, tanto desde las nuevas ciencias (pensando en que se trata de una obra de más de 500 años), como el psicoanálisis o la semiología, por ejemplo, se abordara a obras y autores del Renacimiento con renovado interés. Nuevas miradas para viejas obras, que todavía hoy conmueven. Sin embargo, tal vez el misterio de la vigencia radique, justamente, en que las nuevas miradas los rescaten (a obras y a autores) manteniendo al mismo tiempo esa vigencia. Como una serpiente que se muerde la cola. Y si además una novela marquetinera (El código Da Vinci) aparece como una de las obras más vendidas de estos tiempos, el círculo vuelve dar otra vuelta. Pero volviendo a La Gioconda, lo más interesante de la cuestión es que se habla poco y nada de la obra en sí: se habla del posible significado de su sonrisa, de si era hombre o mujer, de si el modelo había sido el mismo Leonardo (ya  alguno se molestó en hacer un moving para demostrarlo...), si la modelo era Lisa Gherardini o Isabella D´Este, y como Isabella D´Este tenía sífilis y los dientes estropeados, La Gioconda aparece con la boca cerrada...En fin. Las conjeturas y los disparates se han acumulado hasta el paroxismo, en muchos casos con el apoyo de "investigadores científicos" que mejor harían en dedicar sus esfuerzos a causas más nobles que tratar de avalar con su ciencia tantas estupideces.

Yo creo en cambio que se trata de otra cosa. En realidad no voy a ser nada original, pero las ideas de los verdaderos expertos y analistas teóricos del arte (iconógrafos, iconólogos, filósofos e historiadores del arte, digamos), echan luz sobre las obras de arte para entender algunos supuestos misterios que los investigadores de las ciencias, de las otras ciencias, harían bien en prestar atención.
Hay una tendencia muy natural del ser humano a manifestarse y a apreciar en el arte lo que los griegos llamaron la "mímesis", es decir, la imitación de lo bello natural. Desde el arte de las cuevas prehistóricas (Altamira, Lascaux, por ejemplo) con su "magia simpática", hasta las imágenes hiperrealistas del presente, las figuras ilusorias escondidas en las imágenes 3D, las falsas perspectivas de Escher, los anamorfismos de los pintores del siglo XVII, las naturalezas muertas y los paisajes romanos, desde  los artilugios perspectivos de Alberti y Brunelleschi, hasta las imágenes de la televisión y el cine, o las falsas perspectivas de Julian Beaver, todas las imágenes están creadas apelando al parecido con la realidad, o jugando con el mismo, o tratando de engañar a la vista, como ocurre con el trompe l´oeil...
Julian Beaver y sus obras callejeras.
Es tan poderosa la necesidad humana de imitar la realidad como la de apreciarla en aquel que la sabe imitar. Incluso los movimientos abstractos o el cubismo, nacieron como oposición a esa misma necesidad, y tratando de desentrañar la estructura que sostiene a las obras realistas para utilizarla como elemento puro. El hecho de que un Guernica sea tan valorado y apreciado, no radica solamente en que se trata de una obra testimonial, sino por la estructura estética que la sostiene, y que el espectador, lo sepa o no, está percibiendo, sumado a la fuerza expresiva de las formas que aún alejándose de lo real, apelan a emociones y sentimientos muy reales.
Obras tan clásicas y tan realistas como La Gioconda, o cualquiera de las obras realistas de otros períodos, ocultan a la mirada desprevenida esa estructura estética, la misma que las obras abstractas muestran de manera despojada. Pero realizar una obra realista y que esta obra se transforme en una obra maestra, implica en el artista esa búsqueda de la belleza que es mucho más que la sola imitación. En el caso de la Gioconda, el uso de la proporción áurea (llamada Divina Proporción por el mismo Leonardo, y descubierta por los griegos), las reglas del realismo y la perspectiva, la aplicación del sfumatto magistral tan característico de Leonardo, y un plus de talento genial que transformó todos esos elementos juntos en una alquimia maravillosa.
Lamentablente, poder ver la obra in situ acarrea una tremenda decepción: es una obra relativamente pequeña, escondida tras un vidrio, oscura, pero aún así millones y millones la visitan cada año para llevarse esa pobre experiencia.
Sin embargo, el placer de poder ver en directo una obra conocida a través de millones de reproducciones, adornada con el halo de "misterio" que a lo largo de los años se ha ido construyendo, no deja de brindar cierta satisfacción.
El misterio sobre la Gioconda va a continuar, y volverán a aparecer artículos periodísticos como éste, o novelas que la incluyan, o noticias televisivas, pero la belleza de la obra estará siempre allí, en la imagen, la misma que hizo que Leonardo la llevara con él hasta su muerte, para luego dejársela como regalo a Franciso I de Francia. Pero ése...es otro misterio.
____________________________________________________

lunes, noviembre 22, 2010

Leonardo re descubierto.

"La adoración de los Magos". 1481-82-Leonardo da Vinci. (boceto). Galeria de los Oficios. Florencia
En el marco de la semana de la cultura en Florencia (Italia), Florens 2010, un conjunto de científicos presididos por el italiano Maurizio Seracini (encuentro "A la búsqueda de Leonardo") presentaron los resultados de una investigación: el hallazgo de rasgos y trazos de dibujo hasta el presente no visibles en el famoso boceto inacabado de la obra La adoración de los Magos, que Leonardo da Vinci había realizado entre los años 1481-82, y que se encuentra en la Galería de los Oficios, en Florencia.
La obra había sido encargada por los monjes de San Donato para el altar de su convento, pero Leonardo nunca llegó a terminarla, ya que para ese entonces había sido tentado por Ludovico el Moro, señor de Milán. Ludovico tenía grandes planes para él, aprovechando sus conocimientos de ingeniería y sus inventos para la defensa y la construcción. De manera que allí en Florencia quedó el boceto inconcluso mientras su autor marchaba hacia el Norte. Muchos se sorprendieron por la decisión del maestro de dejar Florencia, pero algunos supusieron que, tal vez, había quedado resentido por no haber sido incluído en la lista de pintores florentinos convocados para trabajar en la Capilla Sixtina (Roma). Aunque también podría suponerse que la corte florentina estaba demasiado anclada en el pasado para un visionario como Leonardo, para quien la ciudad ya resultaba chica y anticuada.
A pesar de tratarse de una obra inacabada, puede apreciarse en ella el innegable genio leonardesco. Se trata de una tabla casi cuadrada (2,43m x 2,46m) en la que el artista resuelve la escena en un círculo dinámico de figuras alrededor de la imagen de la Virgen con el Niño, abandonando la tradición iconográfica que mostraba todo un conjunto de personajes, en los que los Magos eran protagonistas. En el fondo, arquitecturas en ruinas y figuras en movimiento se debaten en lucha, tal vez aludan a la destrucción del mundo pagano. El esquema piramidal que conforman las figuras en el primer plano, la importancia significativa del tratamiento de la figura humana, la intensa carga emotiva y psicológica (tanto en los gestos como en las actitudes corporales), tal vez con un cierto significado enigmático, el dramatismo y la monumentalidad de las formas hacen de esta pintura inconclusa un primer texto pictórico que ya pertenece al Cinquecento. Como detalle interesante de la obra, un personaje se transforma en relator y presentador de la escena: se trata del joven que se encuentra a la derecha, cuyo gesto hacia el espectador (fuera del cuadro) y sus manos hacia el centro de la escena, enfatizan la trascendencia del momento y de los personajes. Aún sin pruebas que lo confirmen, es inevitable reconocer en sus rasgos el autorretrato del joven Leonardo.

El profesor Maurizio Seracini, de la Universidad de San Diego (California) ha conducido una investigación que ha permitido mostrar trazos hasta ahora no vistos o poco visibles en la obra. Por medio de un sofisticado sistema de proyección que permite una altísima resolución, muchas formas dentro del dibujo que antes resultaban confusas, ahora pueden ser vistas con toda claridad. En este video (en inglés) el profesor muestra algunas de esas formas redescubiertas ahora por medio de esta tecnología: rostros que aparecen confundidos a la izquierda, cerca del 1º plano, detalles de las figuras a caballo que luchan arriba a la derecha, detalles del fondo sobre las escaleras, etc. El sistema de proyección aplicado permite que, al acercarse el espectador a la pantalla, se produzca un aumento de la resolución de la imagen, lo que ha descubierto esas formas antes poco visibles. Quienes manejen el inglés, podrán disfrutar con más detalle de las explicaciones sobre el procedimiento y la técnica que permitieron esos hallazgos.



El profesor Seracini sostiene también la teoría de que el famoso fresco "La batalla de Anghiari", que Leonardo da Vinci pintara en el Palazzo Vecchio en ocasión de una competencia con Miguel Ángel Buonarrotti (que había pintado La Batalla de Cascina), no está perdido, sino que se encuentra oculto y protegido tras una pared que Giorgio Vasari mandó levantar para proteger dicho fresco. La Batalla de Anghiari había sido un desafío para Leonardo, acusado por Miguel Ángel de pintar figuras poco viriles y escenas en extremo "amables", al mismo tiempo que afirmaba que la pintura era un "arte menor", comparado con la escultura, el arte más importante para él. La famosa "Batalla" fue la demostración de que para Leonardo no había temas en dibujo y pintura que no pudiera dominar, tan maravillosa y perfecta había sido esta obra. La pintura se considera perdida, y sólo es conocida por esta copia que, en el siglo XVII, realizara el pintor belga Peter Paul Rubens.
"La batalla de Anghiari". Leonardo da Vinci (copia de Peter Paul Rubens).

Según las palabras del propio Maurizio Seracini...
"durante quinientos años esta obra maestra ha permanecido oculta, porque (el arquitecto Giorgio) Vasari la cubrió con un muro", y que no ha encontrado "ni un solo elemento que demuestre lo contrario"(...) "Es la mayor obra de arte que Leonardo nos ha dejado y está aquí debajo".
El experto en arte aseguró que su investigación, que durante 35 años ha sido impulsada y financiada "con presupuesto no italiano", apuntó, se encuentra "en la última fase", pero que para terminarla le faltan dos millones y medio de euros.
"Espero que Florencia e Italia entiendan que valorar nuestros bienes culturales permite dar un futuro a nuestro pasado", concluyó Seracini, preguntándose "qué país del mundo no querría buscar aunque fuera un pequeño fragmento de Leonardo".


Reportaje realizado al profesor Maurizio Seracini (en italiano) en ocasión de la presentación de sus descubrimientos en el Ayuntamiento de Florencia (Palazzo Vecchio).
_________________________________________________________




sábado, agosto 07, 2010

La Capilla Sixtina...

La Capilla Sixtina
(2ª parte)
EL JUICIO FINAL

Esta obra monumental y extraordinaria es la última de la capilla pintada por Miguel Ángel. Así como había pintado la bóveda a pedido de su mecenas, el papa Julio II, veinte años después realizó este fresco, a pedido del papa Pablo III Farnese, quien retoma una idea de su predecesor, Clemente VII, sobre el recuerdo del “Sacco di Roma” (Saqueo de Roma). El tema elegido fue el Juicio Universal, que sería colocado en posición de gran relieve sobre el altar, una ubicación no habitual en la tradición iconográfica, y como perenne admonición sobre la caducidad de la vida y del Universo. Luego de largas tratativas, Miguel Ángel comenzó el trabajo en 1536 o tal vez en el verano del 1535. La inauguración oficial fue el día de Navidad del 1541.
La figura más importante de la inmensa composición es el gesto maldiciente de Cristo, colocado sobre el eje simétrico, pero muy arriba, de manera que bajo él se abra el vacío. Bajo la potencia de bíblica terribilidad de este gesto, parece partir un amplio vórtice horizontal, que compromete a toda la corte celeste, santos y vírgenes, profetas, mártires y apóstoles. Se los reconoce por sus atributos: San Juan Bautista con la piel, San Pedro con las llaves, Sant´Andrea con la cruz, San Lorenzo con la parrilla, San Bartolomé con su propia piel (en la cual Miguel Ángel realizó su autorretrato), San Simón con la sierra, Santa Catalina con la rueda, San Sebastián con las flechas. El torbellino esquiva sólo a la Virgen, ensimismada en su resignada melancolía, y se expande hacia lo alto en los dos episodios de las lunetas: la exhibición de la Cruz y la exaltación de los instrumentos de la Pasión.
Pero el gesto de Cristo es también el punto gravitacional de un segundo vórtice en violentísimo movimiento de ascenso y descenso, que incluye en un único caos perpetuamente fluctuante ángeles y condenados, demonios y resucitados. A su modo participan los elegidos, que ascienden al cielo a lo largo del lado izquierdo, y los condenados que se precipitan sobre el lado derecho, luchando en vano con los ángeles guardianes. En el centro, se despliega el vacío, ocupado tan solo por el estruendo de las trombas del Juicio, zona de resonancia en la cual, la violencia dinámica de los grupos simples se expande produciendo el nivel más exacerbado de emotividad. Más abajo, ya fuera del torbellino, los dos episodios de la resurrección de los muertos (a la izquierda), animado del pathos atormentado y doliente del retorno a la vida, y de la barca de Caronte que sintetiza, en la violencia del gesto del barquero, y en el anónimo amontonamiento empeñoso de los cuerpos, la desesperación de todo el Infierno (a la derecha).
Muchas fueron las críticas que soportó Miguel Ángel por su pintura, en relación sobre todo a los desnudos, al punto de sembrar sospechas de herejía y desaconsejando la conveniencia de tantos desnudos en un lugar sagrado, hasta encargar a un cercano a Miguel Ángel (Daniele da Volterra) que pintara “bragas” a los desnudos. A causa de tal faena, da Volterra arrastró el ominoso seudónimo de “il braghettone”, y por lo tanto el aspecto original de la obra sólo puede reconstruirse comparándolo con algunas copias realizadas antes de las “veladuras”, como la de Marcello Venusti, en Nápoles.


Si bien la obra fue realizada en un ambiente ya espiritualmente dentro de la Contrarreforma, las formas son renacentistas, pero abrevan en las raíces del Medioevo. El modelo iconográfico reconoce claramente fuentes como Giotto, Camposanto de Pisa y Orcagna. Miguel Ángel acentúa el tono irrealista imponiendo una unidad de visión espacio-temporal que lo lleva a renunciar a la partición tradicional. El drama es único e instantáneo, y se abre más allá del tiempo y del espacio, entendido en sentido humano.
Las fuentes de su iconografía son La Biblia, la Divina Comedia, el Dies Irae (Días de la ira), las prédicas mismas del monje Savonarola. Todas o algunas de ellas, no puede decirse en forma precisa, pero sí puede hablarse de “sugestiones” presentes en su imaginario, que a veces toman la forma de citas concretas, como es el caso del Caronte, de Minos, de los diablos que llevan a horcajadas a los condenados, episodios y personajes de evidente origen dantesco. Pero en general, valen en cuanto pueden confluir, indirectamente, en la meditación del artista sobre el tema supremo de la Muerte y el Juicio. A pesar de abrevar en concepciones formales de inspiración medieval, con figuras de carácter renacentista, el artista adopta libremente algunas soluciones heterodoxas que desconcertaron a sus contemporáneos, como ángeles sin alas, santos sin aureola, demonios con cuernos y deformados, al estilo medieval. Aquí el estilo renacentista se transforma para expresar contenidos completamente nuevos, una espiritualidad alucinantemente reaccionaria, una admonición de elocuencia savonaroliana sobre la vanidad de las cosas y sobre la despiadada irreversibilidad del Juicio.

Descripción de los principales personajes (esquema):




A) Mundo Celeste:

1. Cristo Juez
2. La Virgen
3. San Lorenzo
4. Santa Marta o Santa Ana
5. San Andrés
6. Raquel o la Beatriz de Dante
7. Noé, o Enoch o Pablo III.
8. San Juan Bautista o Adán
9. Abrahám o San Bernardo o Julio II
10. Abel
11. 12. Níobe con una hija o Eva, o personificación de la maternidad, o la Iglesia misericordiosa y una hija.
13.La hija del faraón que encontró a Moisés o Sara, o Eva.
14. El arcángel Gabriel llevando la cruz.
14(a). Un ángel transporta la columna de la pasión.
15. Francesco Amadori, llamado el Urbino, o Tomás de Cavalieri.
16. San Bartolomé (con el rostro del Aretino).
17. La piel de San Bartolomé con el autorretrato de Miguel Ángel.
18. San Marco o Clemente VII.
19. San Pablo.
20. San Pedro.
21. Job, o Adán o Abraham.
22.La mujer de Job o Eva.
23.San Longino
24 Simón Zelota
25 San Felipe
26.Santa Catalina de Alejandría
27.San Blas
28. San Sebastián
29. San Fco. De Asís, o San Andrés, o Simón Cireneo.
30. Moisés o Adán.
31. Dante Aliguieri


B) Ángeles con las trompetas:
32. El arcángel San Miguel con el libro de los elegidos.

C) Resurrección de los muertos:
33. Dante
34. Miguel Ángel, o el papa Julio II o Martín Lucero.
35. Miguel Ángel.
36. Savonarola.

D) Beatos que ascienden a los cielos:
37.38.39. Un beato que levanta a dos negros.

E) Réprobos condenados al Infierno:
40. Un orgulloso, o un condenado por desesperación.
41. Un demonio.
42. Un orgulloso o un perezozo.
43. Un avaro o un papa simoníaco (Nicolás III).
44. Un iracundo o un orgulloso.
45. Un lujurioso.
46.47.Pablo y Francisca de Rímini.
48. Un orgulloso o un estafador.
49. Caronte o Satanás (con los rasgos del Condestable de Borbón).
50. César Borgia.
51. Minos (con los rasgos de Biagio de Cesena).
52.53. El conde Ugolino y el arzobispo Ruggeri.

____________________________________________________
Bibliografía:


Adaptación y traducción de “Michelangelo e Raffaello in Vaticano”. Edizione Speciale per i musei e gallerie Pontificie.

____________________________________________________

Para acceder a la 1ª parte (visita virtual, frescos laterales y bóveda de Miguel Ángel):











La Capilla Sixtina... Una visita que vale la pena.

LA CAPILLA SIXTINA
Visita virtual.
(1ª parte)


Las pinturas que decoran la famosa Capilla Sixtina, así como las grandes obras maestras de Miguel Ángel Buonarrotti en la misma capilla, pueden ser ahora, gracias a la tecnología, visitadas en forma virtual. Esa sensación de "presencia" en el lugar, es un efecto bastante logrado, si bien tiene limitaciones lógicas.


Este artículo cumple la función de complementar este recorrido virtual, con información referida a las propias obras. Dada la complejidad de las obras que se exhiben (frescos en las paredes laterales, frescos de la bóveda, fresco de El Juicio Final), creemos que una guía visual de las obras, será muy útil para quien desee tener una información más completa sobre las mismas.

Dado que esta capilla, dedicada a San Sixto, ha sido pintada en diferentes momentos históricos, nos referiremos a los diferentes ciclos de acuerdo a su periodo de realización.


Así por ejemplo, los frescos de las paredes laterales fueron realizados durante el siglo XV, cuando el Renacimiento estaba en sus comienzos, y mientras el foco más activo de las Artes se encontraba en la ciudad de Florencia. Muchos artistas, destacados en la ciudad toscana, fueron convocados para realizar obras en Roma, y así la Capilla Sixtina se enriqueció con sus obras. La bóveda, pintada por Miguel Ángel Buonarrotti, fue realizada entre los años 1508 y 1512. El Juicio Final, también pintado por Miguel Ángel, fue la obra última de la famosa capilla, y comenzada hacia los años 1535-36 e inaugurada en la Navidad de 1541.

Yendo a los detalles de cada ciclo, se comenzará por los frescos de las paredes laterales, realizadas durante el siglo XV por afamados y talentosos pintores.

Pared Norte (derecha):
 


(Comenzando cerca del Juicio Final).

1. Pietro Perugino: EL BAUTISMO DE CRISTO.
La escena del bautismo se encuentra en 1º plano, y en 2º plano (como formando parte de la misma escena) otras escenas que muestran una prédica de Juan Bautista y otra de Cristo.
2. Sandro Botticelli: LA TENTACIÓN DE CRISTO.
El tema principal aparece en el fondo, y en 1º plano, la Purificación del leproso, según el rito prescripto por Moisés.
3. Domenico Guirlandaio: LA VOCACIÓN DE SAN PEDRO Y DE SAN ANDRÉS.
La escena se muestra en el 1º plano, y en el fondo, Cristo llamando a dos hermanos y otros dos apóstoles.
4.Cosimo Roselli: EL SERMÓN DE LA MONTAÑA.
A la derecha, Cristo cura a un leproso.
5. Pietro Perugino: CRISTO ENTREGA LAS LLAVES A SAN PEDRO.
En 2º plano, el episodio de la moneda y el intento de lapidación de Cristo.
6.Cosimo Roselli: LA ÚLTIMA CENA.
En el fondo, a través de la ventana, pueden verse La oración en el huerto, el Beso de Judas y la Crucifixión.




Pared Sur (izquierda):
(También comenzando a la izquierda del Juicio Final)

1.Pietro Perugino: VIAJE DE MOISÉS A EGIPTO.
Despedido por Jetro (en el fondo), Moisés es detenido por un ángel (en 1º plano). A la derecha, Señora circuncida al hijo de Moisés.
2. Sandro Botticelli: LAS PRUEBAS DE MOISÉS.
Moisés, luego de huir del faraón egipcio, defiende en el pozo a las hijas de Ietro. Conduciendo a su grey sobre el Orbe, escucha la orden de Dios y, con su familia, se dirige a través de Egipto.
3.Cosimo Roselli: EL PASAJE DEL MAR ROJO.
El pueblo hebreo está a salvo a la orilla del mar, mientras que las aguas se cierran sobre el ejército del faraón.
4.Cosimo Roselli: LA ADORACIÓN DEL BECERRO DE ORO.
Sobre el monte Sinaí Moisés recibe las Tablas de Dios (arriba), y luego bajando del monte, las presenta a su pueblo. Indignado, arroja las Tablas y castiga a todos los que adoraron al becerro de oro (arriba, a la derecha).
5.Sandro Botticelli: EL CASTIGO DE CORE, DATAN Y ABIRAM, quienes con sus cómplices, se rebelaron contra Moisés (a la derecha). Éste los pone a prueba, y los rebeldes, confusos, son tragados por la tierra.
6.Luca Signorelli: ÚLTIMOS ACTOS DE LA VIDA DE MOISÉS.
El legislador recomienda la Ley, y después de haber mirado la Tierra Prometida, desciende y entrega el bastón a Josué. En el fondo a la izquierda, su muerte.

------------------------------

La Bóveda (Miguel Ángel Buonarrotti: 1508 a 1512):



A) Historias centrales (color marrón, de derecha a izquierda):
1. Dios separa la luz de las tinieblas.
2. Creación del sol y de la luna.
3. Dios separa la tierra del agua.
4. La creación del hombre.
5. La creación de la mujer.
6. El pecado original.
7. El sacrificio de Noé.
8. El Diluvio Universal.
9. La embriaguez de Noé.

B) Pechinas (triángulos grises):

1. El castigo de Amán.
2. La serpiente de bronce.
3. David y Goliat.
4. Judith y Holofernes.

C) Profetas y sibilas (rectángulos rosados, de derecha a izquierda y de abajo a arriba):

1. El profeta Jonás.
2. El profeta Jeremías.
3. La sibila Líbica.
4. La sibila Pérsica.
5. El profeta Daniel.
6. El profeta Ezequiel.
7. La sibila Cumana.
8. La sibila Eritrea.
9. El profeta Isaías.
10. El profeta Joel.
11. La sibila Délfica.
12. El profeta Zacarías.



D) Enjutas (triángulos amarillos):

1. Salomón niño con su madre.
2. Los padres del futuro rey Jessé.
3. Roboam niño con su madre. Al fondo, Salomón.
4. Asa niño junto con su padre y la madre adormilada.
5. Osías niño junto con la madre, el padre Joram y un hermano.
6. Ezequías niño junto con la madre y el padre Acaz.
7. Zorobabel niño junto con la madre y el padre Salatiel.
8. Josías niño junto con la madre y el padre Amón.




JUICIO FINAL (Ver Descripción en 2ª parte).


http://yo-y-el-arte.blogspot.com/2010/08/la-capilla-sixtina.html
 

______________________________________________________________




Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...